sábado, 26 de junio de 2010

Finales... ¿principios?

Tiempo, tiempo, tiempo… ¡Pasa más rápido! Antes, tres meses pasaban volando, no te detenías a pensar en el tiempo. Ahora… dos semanas son eternas. Cada despertar es un suplicio, sueñes o no. Porque debes enfrentar de nuevo la aplastante realidad. El mundo de los sueños es muy bonito. A veces, incluso prefieres las pesadillas a vivir en la realidad. ¿Dónde se han metido mis escaleras a las nubes? ¡Quiero volver a subir!

No tenían derecho a echarme de allí, yo no he hecho nada. Pero me han empujado con violencia para que me fuera, para que volviera a la realidad en la que vivía hace medio año. No recordaba lo que era sentirse un robotito, teniendo que hacer las cosas más simples como comer y dormir, o las más complicadas, como divertirse y reír de forma automática. Simplemente porque sabía que había que hacerlo. Porque sabía que era lo que hacia la gente normal.

Al final, aprendí lo que es reír porque quieres reír, porque tienes ganas, porque eres feliz. Aprendí que un abrazo puede ser una declaración de cariño, en vez del fastidio que me ha supuesto siempre. Aprendí que no siempre las cosas van mal, que de vez en cuando el tiempo te da un momento para ser feliz. Aprendí muchas cosas… Que al final no sirven para nada. Es como ir al colegio. Sales de allí sabiendo muchas cosas, pero a mí no me han enseñado como ser feliz en el colegio. Es algo que aprendes por ti mismo, y que sufres por ti mismo.

En conclusión, la vida es una mierda. No haces más que caer y levantarte. ¿Cuándo se estará quieto de una vez el maldito tiempo? Déjanos disfrutar un poco de la felicidad, que ya vale de catástrofes.

Está claro, todo un principio tiene su final. ¿Pero un final tiene principio? Es decir, cuando algo acaba, ¿vuelve a empezar algún día? Por lo que puedo ver sí, pero hace falta tiempo. Y odio el tiempo. Cada día pasa más despacio. Me odia....

¡¡Quiero mi principio y lo quiero ya!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario