martes, 1 de julio de 2014
Fuck it
Quién
sabe, igual sí me ha afectado todo ese royo de crecer en una familia
desestructurada y sin cariño y sin mierdas, pero sigo creyendo que hoy día es
imposible mantener un matrimonio con unos cimientos sólidos de fidelidad,
confianza y respeto.
¿Cómo
vamos a mantenernos fieles si ya podemos mantener una relación con otra persona
sólo mediante el maldito whatsapp? Somos seres egoístas, educados en un sistema
capitalista que renueva sus productos cada pocos meses haciéndonos adictos a
estos cambios, ¿cómo esperamos que no nos comportemos luego igual en nuestras
relaciones personales? Estamos meses y meses (incluso años) esperando a que esa
persona se fije en nosotros y podamos conseguir estar con ella, fantaseamos con
ese momento, nos inventamos toda una vida alrededor de un sueño, y cuando por
fin lo conseguimos, ¿qué? ¡Se nos quitan las ganas! Si ya es mío, ¿para que voy
a fantasear con ello? Pero no renunciamos porque nos ha costado mucho tiempo
conseguirlo. Haaaaaasta que aparece otra personita nueva, más excitante, con todavía
todo por conocer, con todo por fantasear, con todo por besar y follar. Y allá
que vamos, de nuevo la pescadilla que se muerde la cola. Somos un puto mercado.
Zorra aquí, zorra allá, hijo de puta por delante, hijo de puta por detrás. Y
no, no estoy criticando a nadie, yo me meto en el saco de zorras, porque me lo
merezco y bien.
Personalmente,
yo achaqué todos mis desamores al hecho de que no estaba con el chico que
realmente fue mi primer amor, así he pasado años, pero mira tú por donde, al
final ese chico entró en mi vida, y ni un puto año he tardado en cansarme de él,
de sus besos, de sus polvos y de sus gilipolleces. Cada día tengo más claro que
mi destino es acabar sola, con varios divorcios a la espalda y muchos gatos
para no sentirme inútil en el mundo. Aunque no creáis que eso me quita el sueño
o las ganas de seguir persiguiendo un amor. Claro que no, ojalá. Soy así, me
gusta enamorarme, aunque no tanto desenamorarme.
Y
llega la noche, y me pongo a pensar en cómo ha llegado a terminar tan pronto el
que siempre he pensado que era el amor de mi vida, y mientras tanto no hago más
que masturbarme con mi querido vibrador, fantaseando con ese otro que, no es
nada especial, pero es la novedad. Y así me va.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)