martes, 12 de octubre de 2010

Lluvia, recuerdo de felicidad.

Un día más. Un día como otro cualquiera, pero… la nostalgia te impide pensar.

Será la lluvia, creo yo. Aunque tampoco entiendo el porqué. Será el frio, sí, será el frio.

Me asomo a la ventana, y veo la lluvia caer insistente sobre un suelo ya mojado. Y eso me recuerda mucho a vosotros.

¡Qué tontería! Lo sé hasta yo. Pero… No sé, supongo que el frio me recuerda a la felicidad. La felicidad que sentía cada día al despertar y saber que os tenia a todos. Las ganas de la tarde del viernes para volver a veros, las ansias de domingo para quedar todos juntos y hacer el idiota.


La felicidad está donde la buscas, eso es cierto. Y mi felicidad habéis sido siempre vosotros. Todos juntos, viendo una peli refugiados del frio en alguna casa, merendando las famosas tartas de chocolate y coco, jugando al cluedo hasta dormirnos, recordando con sonrisas momentos de un verano pasado… Me vienen a la mente hasta los olores. El olor de la ropa de alguien, el de la colonia de otra persona, incluso el de mi cuarto después de haber pasado por allí. Incluso me parece volver a oler mi terraza después de mi cumpleaños.

Recuerdo las sonrisas de complicidad entre buenos amigos, el ambiente insuperable de que por muchos problemas que se nos vinieran encima siempre estaríamos ahí para los demás, el dar un abrazo sin ninguna razón, el sentirse como en una familia reunida alrededor de una mesa.


Joder, el levantarse con ganas de vivir. Sin duda, eso es lo que más echo de menos.

Os echo muchísimo de menos. Porque sabéis que, aunque a veces nos veamos, no es lo mismo. Estamos incómodos en presencia de los demás, cada uno a la suya y evitando recordar viejos y mejores tiempos. Y yo la primera, no voy a decir que no. No me siento a gusto con vosotros, lo siento, pero es así, y ni yo entiendo el porqué, tan solo lo siento. Nada es igual.


Y lo que más duele, es saber que no podemos hacer nada. Aunque lo negarais, yo sé que lo echáis de menos. Echáis de menos todos los momentos que hemos vivido en tan poco tiempo. Sé que llega el frio y no podéis evitar acordaros de nuestras tardes jugando a las cartas huyendo del frio del invierno, de los partidos de baloncesto por las mañanas cuando por fin se podía salir con solo una sudadera, de las ganas que teníamos de que llegara el calor para poder repetir nuestros picnics en el rio.

La vida son pasos y épocas. Temporadas. Y hay que superarlas y no enfrascarse en unos tiempos de felicidad para siempre. Sé que eso es imposible. Y aún así, os echo tanto de menos…

Lo único que pediría, es un día todos juntos como antes. Ni malos rollos, ni miradas al suelo ni ningún tipo de rencor o remordimientos. Tan solo un día. Creo que no es mucho pedir.


Pero, hoy por hoy, me tengo que conformar con caminar bajo las nubes recordando lo que es la felicidad, saber que existe, saber que sois vosotros, saber que mi felicidad está tan cerca de mí y conformarme con sonreír deseando que la lluvia disimule las lágrimas que me caen por la cara.

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