sábado, 9 de octubre de 2010

Despertar.

Que sensación más agradable. No la recordaba. Qué bien sienta tener ilusión por algo…

Es despertarse con la misma incomodidad, pero llegar a clase y volver a reír de verdad. Volver a empanarte mirando algo o a alguien, volver a meterme en mi mundo de imaginación y no tener remordimientos por lo que pienso.

Porque ahora mismo, ni está prohibido, ni me va a hacer mal alguno. Es una salvación. Como un volver a despertar después de haberte quedado inconsciente mucho tiempo.

Poder volver a hablar con alguien sin sentirte una persona rara, compartir gustos, querer estar cerca porque te hace sentir mejor.


Ver por fin otros ojos que despiertan algo en ti que no sea tristeza o fastidio. Es… alucinante.

También es verdad que esto vuelve a traerme las mismas desilusiones y los mismos miedos… Tengo mucho miedo. Pero, joder, la vida son dos días, ¡y el bachiller solo medio!

Si no lo disfruto yo, ¿Quién lo va a hacer?


Otra vez día 9. Qué bonito recuerdo. ¿Bonito? La verdad es que no precisamente… pero prefiero pensarlo así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario